El buen humor, la alegría ,la risa, se dicen que recuperan la salud y siempre traen larga vida.
Creo que todo eso de alguna forma lo heredé de mi padre. Él era de esas personas que saludaban a todo el mundo, aunque muchas veces no recordaba nombres , pero sabía que en algún lado se habían visto. Y siempre con la sonrisa que lo caracterizaba.
La persona alegre siempre tiene el don de alegrar el ambiente donde habita.
El buen humor también nos salva de las manos del doctor porque se dice que la alegría siempre es buena salud y buena terapia.
Muchas veces podemos tener el día más feliz de nuestra vida y el siguiente quizá lo consideramos como el peor , porque cuando ya somos adultos nos olvidamos que reír y soñar son dos de las cosas más importantes en nuestra vida.
En mi caso, no se si más me he reído o he sido más feliz.
He reído mucho siendo adulta y creo que bastante más de lo que había pensado en mi juventud.
He hecho reír a la gente igualmente con mil tonterías que se me ocurren para descontaminar muchas veces algún clima tóxico.
Otras mil veces también he sido el pañuelo de lágrimas de muchos que se han estado derrumbando, aún cuando yo también lo estaba mucho más.
Muchas veces también he debido hacerme la sorda para no oír cosas que hoy me hace daño escuchar. O la ciega para no ver lo que aun quizás me duele.
Así como conocí a mi primer amor , también he tenido enfrente al desamor. No sé en realidad como darle un significado a eso.
Dentro de mis alegrías muchas veces me he tragado mi orgullo y sigo sonriendo hacia afuera, guardándome muchas lágrimas creyéndome la más fuerte .
En fin, creo que mi vocabulario lo expreso muchas veces con la silueta de la sonrisa que quizás así cómo se dibuja espontánea, no es la misma expresión por dentro.
Hoy frente a este análisis me pregunto :
¿por qué el ser humano en general habla desde inspirar menos, o mejor dicho, hablando desde la miseria o la pobreza?
¿Por qué nos expresamos desde un vocabulario aparente hacia afuera cuando hacia adentro expresa otro significado?.
Si analizamos en profundidad esto, es como si la pobreza formara parte de nuestras conversaciones y nos hablara al oído siempre cada vez que nos comunicamos.
Creo que debemos prestar más atención a las palabras, porque una palabra mal dicha es como un pensamiento hablado.
Y un pensamiento es como una palabra en silencio.
Las palabras son parte de nuestra energía . Creamos energías o sensaciones , y lo que escuchas puede determinar lo que sientes.
Las palabras incluso muchas veces crean hasta cuadros mentales. Como cuando hablamos con el “puedo y no puedo”, o el “quiero y no quiero”.
Si nos ponemos a escuchar detenidamente el vocabulario de la gran mayoría de las personas, incluso el mío quizás, analizamos en un gran porcentaje un vocabulario que en su constante uso va sembrando semillas de carencia , escasez y de pobreza mental.
Algunos ejemplos :
Quizás, tal vez, ojalá, habría que verlo, Dios quiera que sí, vamos a ver, poco a poco, trataremos, vale la pena, y la expresión más escuchada : “Necesito”.
¿Por qué mejor no hablamos desde un lenguaje que nos ayude a construir un vocabulario más edificante, con más fuerza que debilidad, desde una posición más activa, con más voluntad y con mayor decisión ?
-Cambiar poco a poco por un “paso a paso” . Pensando que es una expresión que se usa cuando comenzamos algo, creo que suena más constructivo y edificante , y no así tan destructivo ni pobre.
-Cambiar el necesito por él “quiero” ,que suena como a querer algo con más decisión.
-Cambiar el Trataré, por “ Lo haré “. Y si no se puede hacer , no se puede y listo. Para qué sufrir pensando que tratare de hacer algo que sabemos no lo podemos lograr, cuando además realmente sabemos que no lo haremos.
Eso de hacer algo por si acaso para ver cómo nos va, creo que nunca ha sido lo mejor.
Ahí llegamos a la otra expresión, de “fallar en el intento”.
-Cambiar vale la pena por “vale el esfuerzo”. Es más satisfactorio esa expresión que llegar a causar tristeza o angustia por el solo hecho de ocupar la palabra pena.
-Otra expresión típica y que también la ocupamos inconscientemente, es cuando nos preguntan cómo estamos.
Usamos muchas veces la expresión “ Aquí, en la lucha diaria” .
Esto nos afirma que vivimos llenos de obstáculos y nuestra vida está llena de situaciones difíciles. No sería mejor responder que “cada día estoy mejor que ayer “.
Nuestra mente a diario recibe las señales que nosotros mismos le damos.
Entonces para qué negociar con la mente expresiones que no estamos realmente preparados para obedecerlas.
Mi padre siempre ocupaba la frase: “Piensen antes de hablar “.
Yo creo que de alguna forma nos trataba de enseñar la diferencia entre ser receptor y oyente.
Las palabras terminan teniendo un gran poder porque son escuchadas en la mente, tanto del que las oye como del que las pronuncia.
Y así como nadie puede dar lo que no tiene, nadie puede expresar lo que no piensa.
Creo que nuestro vocabulario a diario se expresa en base a una gran pobreza verbal, o sea hablamos en base a códigos que nos limitan a expresarnos como realmente somos .
Debemos crear el hábito de cambiar esos códigos mentales ,porque cuando realmente cambiemos la expresión de ello, nuestra vida cambiará y nuestra expresión verbal dejará de ser importante , porque habremos entendido el real sentido de no hablar en base a expresiones que provoquen pobreza.
Por eso me gusta esa gente que sonríe al cruzar una mirada, o la que sabe pedir perdón sin sentirse débil , o esa gente que sabe reírse a carcajadas sin vergüenzas.
Me gusta toda esa gente que sabe expresarse con el verdadero código, el de la verdad, porque saben que eso es lo único que realmente importa.
Esa gente es mi gente.