Me gusta la frase “Ten la libertad de usar lo que te haga sentir única”.
Siempre he pensado que la elegancia y el estilo no tiene nada que ver con el dinero.
La elegancia es una filosofía de vida, que va de la mano de modos, de comportamientos, de relacionarnos con la sociedad, con cierta gracia. Lo asocio a la naturalidad y al buen gusto.
La elegancia creo que no siempre se debe notar, porque siempre debe estar.
Y frente a esta reflexión, hoy creo que no hay ninguna mujer que no diga que no posee en el closet una cartera que defina su personalidad o lo que ella refleja hacia afuera.
Si pudiéramos medir por ejemplo el amor material que existe en la cartera de una mujer, desde su interior por supuesto. No lo sabemos sino hasta cuando fijamos la vista en su contenido.
Esconde pensamientos y varias preocupaciones por que cada objeto en cualquier instante pueda ser necesitado. Hay un mar de “ y si de repente lo necesito ”.
Representa ante todo, el mundo privado de cualquier mujer ,donde guardamos todo lo que necesitaremos para hoy, mañana, y cada día de nuestra vida, incluyendo quizás hasta lo más innecesario y más decisivo.
Denota la mejor independencia donde no es necesario probarla como lo hacemos con un vestido, porque la probamos solo con la mirada comprobando delante de un espejo que es para nosotros.
A diferencia de un hombre que cuando compra algo lo revisa de lado a lado, observando hasta su interior antes de importarle como se verá.
Nos encontramos muchas veces con bolsillos por todos lados, cada uno con distintos cierres o distintos trucos para mantener algún tesoro escondido que solo nosotros sabemos porque es secreto.
Nos adentramos más en su interior y muchas veces hasta música encontramos. Y es que la necesitamos para refugiar nuestra mente en sonidos distintos al bullicio de una ciudad.
Es como una página llena de hojas de historias que muchas veces decidimos combinar con unos lindos zapatos, o con esas ganas de ir por lugares donde se hace necesario aparecer, o también con esa necesidad de muchas veces solo esconderse un buen rato.
Y es ahí donde entran los trucos de las apariencias , de querer estar porque ya estamos hartas de solo ser.
Puede que de repente ocurra cualquier tragedia y en esa cartera siempre habrá una reconstrucción y muy meticulosa, porque solo una mujer sabe que lo que está buscando estará exactamente ahí donde solo ella sabe que encontrará lo que busca.
La cartera de una mujer incluso guarda cosas que ni ella misma muchas veces sabe que tiene.
Guarda recuerdos, historias y muchos detalles que siempre por si acaso algún día serán necesarios.
¿Y a qué mujer no le ha pasado que al cambiar de cartera siempre hay nostalgias pasadas en cada nuevo interior?
Es como ese corazón lleno de cosas que muchas veces no alcanzamos a saber cuál es ese contenido tan lleno de sentimientos depositados y que no sabemos el por qué se refugiaron. O lleno de medicinas que en vez de curar solo cuidan que nadie dañe su contenido.
La cartera de una mujer siempre está llena de nuevos misterios . Es como un alma en silencio que solo una mujer entiende ese silencio. Ningún hombre nunca entenderá ese misterio escondido en ese interior, porque ese misterio siempre va un paso más allá de donde un hombre puede lograr llegar.
A pesar que nos damos cuenta que ya no somos la chiquilla jovencita de antes, pero siempre esa cartera será quizás el refugio donde hallaremos muchos papelitos secretos escondidos alguna vez, y que nadie más que una mujer conoce su significado.
Es como un trago largo donde siempre es mejor mantener la cordura y la distancia correcta , acercarse solo cuando sea necesario, y recorrer con mucha calma su contenido.
Algo así como aprender a recorrer su corazón. Y así tenerle el mismo respeto.