He trabajado sin querer hacerlo desde marzo del año 1986. Y hoy debo decir que nunca en lo que realmente estudie. ¡Qué ironía!!! . A quién no le pasa eso en estos tiempos todavía.
He sido dependienta en varias tiendas de retail aún cuando juraba que para ser vendedora te impartían cursos intensivos. Pude entender después de varios meses en ese terreno que el mejor entrenador en venta es uno mismo. Algo así como
” Creete el cuento”, sino fracasas.
Quise incursionar en el mundo bancario pensando que era un mundo de millonarios, jajaja. Que incredulidad más grande pienso ahora. Anduve por casi todos. Y descubrí que el producto siempre ahi será el mismo pero con distinta chaqueta. Como en muchos rubros yo creo. El problema de ese mundo radica en una sola lógica :
*El que quiere no puede, y el que puede no quiere “. Y ante eso, se pierde mucho tiempo y el desgaste físico y mental en el mes es terriblemente agotador .
¿ Como me fue ahí? .. Gracias a Dios, Mejor de lo que había pensado!!
He vendido seguros sin tener idea de como hacerlo. Otra ironía más!!! . ¿Cómo aprendí? Escuchando técnicas y aplicando las mías, pero antes, buscando la mejor lectura para conocer antes el producto. Jamás he trabajado en una compañía de seguros como muchos creen .
Ahi aprendí la otra frase típica de “crear la necesidad”, de la mano también del “creete el cuento”. Si no tenemos claro esos conceptos , y aunque andemos con la mejor pinta ejecutiva. nunca seremos los mejores vendedores de seguros.
He sido Networker en un par de compañías buscando la anhelada independencia. Complicado el tema cuando tienes un trabajo full dependiendo de horarios y peor aún cuando tienes un guía o patrocinador que te atosiga constantemente para que hagas network. Eso es casi peor que ser dependiente. Y es muy molesto cuando estás tratando de crear tu propio ritmo de a poco sin llegar a depender de alguien.
He sido asesora óptica sin tener idea de cristales y sin tener minimo estudio de oftalmologia
Y bueno, en fin, he incursionado en mil actividades más que me han permitido conocer todo tipo de gente, desde muchos gays hasta bipolares por doquier, incluso aprender cosas que antes ni siquiera jamás conocía .
Por ejemplo, siempre pensé que todos los lentes eran de vidrio y que la gente que trabajaba en banco ganaba mucho dinero cada mes. O descubrir que la calidad de una buena sábana o tela se mide por pulgada de hilos. Ahí entendí el porqué de las horrorosas motas.
Jamás pensé que el ser comisionista implicaba entrar en competencia hasta llegar a sentir la envidia de tus pares.
¿La competencia será querer ser mejor que otro? Creo que no.
Aprendí que la competencia somos nosotros mismos. Competir para ganarle a ese ego interior de creerse y querer ser mejor que tu día anterior. Es mucho más reconfortante eso que estar mirando como el otro le va bien y a mí no.
Creo que hay muchas cosas que hoy el ser humano vive acostumbrado hacer solo por querer o porque es lo que tiene más a mano y no porque realmente le gusta.
Hay veces por ejemplo que me gustaría decir basta y vivir la vida en otro planeta donde no sea tan difícil sobrellevar el día a día.
Volver a ser una ochentera forever, o esa flaca loca llevando un estiloso jeans, a la antigua “pata de elefante” quizás, y que nadie me cuestione por eso.
Increíblemente una vez escuche que alguien decía que a cierta edad no deberíamos usar jeans ajustados o esa tendencia del jeans roto .
O que no deberíamos usar el cabello largo porque nos hace ver “ aún más viejas”.. Jajajaja. Que me río con eso tan insólito.
Creo que todo eso si lo sabemos llevar nos hace ver más estilosas señoriales y a su vez mucho más elegantes que en la época de juventud.
Caminaremos con la seguridad que cautivaremos por lo osadas del estilo y no por la moda.
Se dicen en realidad tantas cosas, inventando que las mujeres después de cierta edad debemos evitar, pero se les olvida que a esta edad es que nos vale un céntimo cuando nos quieren corregir o decir que hacer.
Nos divertimos a nuestra manera cuando y con quien queremos, frente a nuestro mejor aliado y amigo leal y en silencio : Nuestro espejo
Hasta hacemos el ridículo haciéndonos selfies, y si eso nos saca una buena carcajada mejor aún , vestimos para nosotras mismas y como lo amerita la ocasión y no porque nos importe su opinión o sea la moda
A esta edad estamos libres de prejuicios y nos dedicamos a vivir sin temor a ser juzgadas.. Y digan lo que digan hoy me vale medio carajo cualquier opinión contraria.
Pasamos a vivir de menos razonamientos y a fluir más con las emociones
Hay días que hasta he pensado estudiar diseño de moda, pero no para hacerse famosa del vestuario ni nada de eso tan cliché , sino para llegar a ser la única y más perfecta diseñadora de mi estilo de vida , desde mi vestuario hasta mi manera de vivir en plena libertad sin darle explicaciones a nadie.
Y así llegar a ser literalmente una top model de cualquier pasarela con mi mejor vestimenta, mi sonrisa, y avanzar muerta de la risa donde se me antoje andar.
Aprender a caminar segura sin mirar el pasar de los años, con ese anhelado taco aguja de 10cm sobre el suelo, incluso en caminos pedregosos.
A estas alturas de mi vida, ya con más de medio siglo a cuestas , podría hasta ser abuela quizás , o estar retirada viendo telenovelas frente a un enorme televisor de última generación, tapada con una mantita de polar y tomando un mate bien calentito , o tejiendo escarpines para el anhelado nieto en camino , o pensando que la vida pasó entre pruebas, caídas y subidas y mil roturas más , y nunca di con ese click que me enseñaría que nada aún es tarde para mí.
Podría echarme a morir creyendo que hay mucha gente afuera mejor que yo con más sabidurías, más rápidos y decididos en el pensar que hacer con sus vidas.
Pero aquí estoy. Y pienso seguir estando y haciendo lo que se me antoje.
A mi edad, ya no pretendo ni quiero seguir reglas psicológicas o absurdas de ese alguien que nos quiere imponer que algo es mejor de lo que ya hice o no hice.
¿Cuándo es tarde según ustedes para avanzar por un nuevo camino?
Mi respuesta. : Nunca.
Empezaré donde sea necesario y las veces que sea necesario.
Ningún momento pasó, porque nunca es hora de abandonar.